Un día mañanero intentaba pasar el rato,
Me dio por sintonizar el 91.0 FM de la radio,
En ese instante mi corazón se iluminó,
Al ritmo de las llamaradas del Soplete.
Fue mi primera vez, en sentir en mis oídos,
Las palabras de Alejandro, Tomas y Emilio.
Surgiendo entre las ondas del universo, gritos
esperanzadores de libertad, sin ataduras y si miedos.
Desde ese día, me he entregado al Soplete,
acercándome más a radio murion , sintiendo
que cada uno, de nosotros, podemos expresar
lo que verdaderamente pensamos,
si necesidad de tener temor a decirlo.
Al salir el sol y al entrar por mi ventana,
Cada mañana, vuelvo a sentir la llamada,
De mi primera vez, con el Soplete.
NOTA: ES MI PEQUEÑO HOMENAJE AL SOPLETE
Fdo.: Fegor