Ya han transcurrido 154
años de ese gran invento que ha perdurado hasta estos dias, el lápiz con goma de borrar incluida. Permitía y permite borrar
inmediatamente el error cometido al escribir, aquella errata inoportuna, aquel desliz
ortográfico.

Infelizmente el ser humano no lleva incorporado un dispositivo
similar, algún mecanismo fisiológico que haga saltar una especie de alarma interior que nos ponga de sobreaviso
de que hemos metido la
pata dialécticamente hablando. Es más, en incontables ocasiones algunos
largan improperios, escriben cosas sin sentido y se creen que estan sentando cátedra sin pararse a
considerar ni siquiera por un
momento que se está haciendo el más espantoso de los ridículos.


No falta quien desde su
convencimiento puramente personal larga sus propias diarreas mentales y se pone ha opinar amparado en el anonimato, cuando no en el seudónimo, que no es
mala actitud usar seudónimo, siempre y cuando no implique cobardía en las palabras que vamos a decir. Sin ir más
lejos, yo mismo firmo este artículo con
seudónimo.
Ahora bien, cuando se escribe
desde la sinrazón, la charlatanería, la provocación más enconada y pasándose
por alto tradiciones muy arraigadas en nuestro sentir bagañete, amparándose en
un ateismo mal entendido, alguien se permite gratuita e irrespetuosamente arremeter contra nuestras
instituciones y nuestras tradiciones. Desafortunadas
declaraciones de quienes quizás luego van enarbolando banderas de
bagañetismo donde quiera que van. Tazacorte no necesita ni quiere ese parlanchinismo de medio pelo en el que algunos se
sienten tan a gusto.
Solo me quedo en la duda de saber si tales
declaraciones empozoñadas obedecen a un criterio propio de quien las suscribe escudándose en un seudónimo, lo cual ya es malo o si acaso
obedecen a la “voz de su amo”, lo cuál es infinitamente peor.

En el cantar del Mio Cid
hay una frase que dice: “Que buen vasallo si tuviera buen
señor”... algunos ni eso.
Curva de
Marina
A mí lo que me parece ridículo es que a pesar de que estamos en el siglo XXI, todavía haya gente cargando santos, una cosa tan obsoleta y anacrónica como ese lápiz borrador de la época de la castaña.
ResponderEliminarAntes, cuando gobernaba el enano, ese que tanto le gustaba identificar y fichar a las personas, ese que quería tener registrada y controlada a toda la manada de borregos, la gente portaba santos, más que por devoción, por obligación, pero la humanidad acaba de ver la luz del conocimiento, y por mucho que le pese a muchos curas, los fachas, y los salvapatrias de las tradiciones, ya no hay marcha atrás.
El mundo es un pañuelo DIGITAL, y pronto estará totalmente globalizado, no por la gracia de dioses graciosos, sino por obra y gracia de Internet y del despertar humano hacia el conocimiento científico.
Tus "tradiciones" no tienen que ser por fuerza las tradiciones de todo el resto de personas que viven en el mundo. Tus tradiciones no son mis tradiciones. Cada cual que practique sus tradiciones, PERO SIN IMPONÉRSELAS A LOS DEMÁS.
Así luce el pelo con tanta tradición, con tanto afán por catalogar, numerar y registrar todo lo que se menea.
Santos, cuando más lejos mejor, y a los curas, ni agua.
Recibe un saludo, Sr. Salva Tradiciones.
Curva de la Marina, pues yo a veces si añoro ese tierno recuerdo de la sencillez, la humildad, y el saber estar, al igual que el tan añorado lápiz con goma.
ResponderEliminarGracias por tu artículo.
Saludos.
Animales la Palma, seguro que también añoras a Franco.
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