Quizás las cosas nunca son como a uno le gusta, quizás la
vida es así y no hay vuelta de hoja.
Los últimos días que se han vivido en Madrid han sido duros
para cinco familias, la vida les ha castigado duro. Sin aún saber de quién ha
sido la culpa se han malogrado los sueños, las ilusiones, los proyectos de
cinco niñas, si aún eran niñas, se ha roto la armonía en cinco familias,
armonía que nunca se debió de romper. Todos sabemos de lo que estoy hablando y
en este caso la culpa no se la achaco toda a la gente joven, como por otra
parte pretenden ciertos círculos que se mueven y debaten entre las conveniencias
y las creencias. Los hechos son los que son y lamentablemente ya no se pueden
cambiar las cosas. El afán recaudatorio de un empresario sin escrúpulos, viejo
conocido de otras guerras y otras desgracias en la noche madrileña; caso Alcalá
20, el poco afán de la delegada del gobierno, que solo está preocupada por
proteger a los corruptos de siempre a base de porra y manguera, y la dejadez de
un Ayuntamiento se han juntado para provocar una desgracia lamentable.
Desgracia que se pudo evitar, con un poco de sentido común, desgracia evitable
y bajo mi punto de vista previsible, solo hace falta comprobar la ratonera por
la que se accede a un recinto como el Madrid Arena. Todos estos factores
combinados con los chanchullos, golferías y otras tantas malas gestiones del
dinero de todos han acabado por romper en dolor a cinco familias. Pero que
nadie se preocupe, nadie pagara por ello, aquí al final está visto que no solo
hay que ser santo sino parecerlo y a algunos se les va viendo el plumero y la
santidad les rebosa por todos los costados. Vamos que al final quien ha perdido
ha sido la gente joven y no nos olvidemos que la gente joven es el futuro de
este país y por mucho que algún…, omito el epíteto, se empeñe al final será la
gente joven la que levante este país. Pese al político que pese este sería un
buen momento para pedir responsabilidades, lamentablemente no será así. La
próxima desgracia será evitable pero con esto de la crisis hay algunos que
están haciendo el agosto y solo se preocupan del vil metal. Las personas por
desgracia parece que cada vez importamos menos.
Juan Salvador Pérez Hernández.
esto siempre nos causa un gran impacto cuando pasa ,pero por desgracia se olvida muy rapido y volveran a pasar estas cosas, el afan recaudatorio de algunos es tal que prevalece por encima de la seguridad de las personas ,,,,,que descansen en paz y a sus familias que encuentren consuelo para superar estas perdiadas tan grandes,
ResponderEliminar