Estoy en cada momento de un corazón que busca.
En los crepúsculos naranjas de cada tarde adormecida, en el
aire matutino aun caliente de las sabanas.
En cada rincón que
miro encuentro la belleza de las personas y las almas de las cosas que me
importan.
En cada silencio de cada mirada oculta por el sonrojo de la
timidez busco el alma dormida de las personas a las que amo.
Busco silencios llenos de ruidos cotidianos, humanos,
extrañamente cercanos y lejanos.
Busco en mi las vidas de los otros a los que encuentro
afanados en vivir atormentados por los designios de aquellos que no buscan,
simplemente ocultan miserias en corazones fríos.
Busco almas puras, busco la sangre viva y derramada de
aquellos a quien la vida no le dio una oportunidad.
Busco como todos buscamos, a veces con tormentas, a veces
con vientos favorables.
Busco en lo profundo de mi mente aquello a lo que no si
llamar ni siquiera alma.
Busco y no me canso de buscar. Porque en cada búsqueda
encuentro al final del todo unos ojos que me miran y me juzgan por cada lágrima
que nunca derrame y por cada alma en la que no pude serenarme…
Si el esfuerzo que has empleado escribiendo ese poema lo hubieses empleado para sembrar papas, hubiese sido más productivo para ti y para la sociedad.
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