Estos días
inciertos que vivimos, tanto políticamente como socialmente, se hace más que
obvio que la clase política tiene cantera, y madre mía que cantera.
¿Quién no ha
visto estos días el “show-business” de la señorita Talegón? ¿Quién no se ha
quedado perplejo ante el descaro del señor Carromero? A este último no le salva
ni la cara, tiene una de esas caras que cuando le ves te haces muchas
preguntas.
Acomodados
en el mismo discurso y usando la misma demagogia. Amparados en los medios de
comunicación y muchas veces escondidos en ellos. Pululan en “blogs” y en redes
sociales donde se mueven bien, aunque también para bien o para mal muchas veces
no salen bien parados.
Se hacen
notar estos nuevos líderes ansiosos de gloria mediática pretendiendo tomar
ventaja ante la gente de su edad como los únicos salvadores de este sistema
político en el que vivimos. Pretenden ser los primeros en la carrera política
de un sistema viciado y corrupto, de un sistema acabado.
Yo creía que
la política era una vocación de servicio pero por lo que veo en los últimos tiempos
más que una cuestión de servicio es de autoservicio, de servirse a sí mismos y
a quien les paga que desde luego no es el pueblo del que se aprovechan.
Las nuevas
generaciones de los partidos mayoritarios, creo que en otros partidos funcionan
de otra manera, no me merecen un mínimo de confianza. Al estar más preparados y
con más proyección social y mediática estos nuevos valores políticos son muy
peligrosos, más peligrosos que una piraña en un bidé, como decía el chiste.
Estas nuevas
generaciones se cobijan bajo el manto protector de sus supremos líderes y
lideresas, que también las hay. Me produce mucho miedo y desde luego no me
ofrece ninguna esperanza el súbito despertar de esta generación de políticos. Nombres
como Carromero o Talegón hace que me pregunte más de una vez en estos días si
merece la pena este sistema político en el que estamos condenados a vivir. Sí,
porque me parece a mí que esta monarquía-parlamentaria o cambia de sino o todo
esto, tiempo al tiempo, se va al garete. Sólo me queda la esperanza, como
cuestión de fe, de que la juventud apolítica de este país despierte de una vez
y ponga a unos y a otros en su sitio. A unos por listillos y a otros por
tontitos, que de todo hay en la viña del señor.
Mientras
tanto algunos están haciendo el agosto, escondidos tras unas siglas, me da
igual el color o el lado en el que se inclinen las letras, estemos atentos a
todos estos detalles o esto se acaba por hundir si no está hundido ya.
FDO.
N.CORREDOR.
Pues nada, guárdame un cachorro.
ResponderEliminarTalegón es una OPORTUNISTA, ¿por qué no hablaba cuando su partido del PSOE estaba en el poder? Porque papá Zapataero y tio Rubalcaba se podían enfadar y sacarle el puestito de mamandurria que tiene en Europa, ahora en la oposición patalea por interés ya que en 2015 hay votaciones y esa señorita ya esta haciendo su propia campaña para seguir viviendo de la política y rascándose el higo.
ResponderEliminarLo de Carromero es para mear y no echar gota, más le vale a Gallardón no meter en la cárcel a otro conductor kamikaze, porque entonces la justicia no es igualitaria para todos, si tienes un carnet de partido ya sea: PP, PSOE, CC y estos están en el poder, tienes carta blanca para hacer lo que te salga de los caprichos que no te harán nada.
Bien por la Talegón que no se muerde la lengua
ResponderEliminarQue los jóvenes no se pongan celosos, no se pongan envidiosos, que pronto dejarán de ser cachorros y se convertirán en viejos.
ResponderEliminarLa juventud es una enfermedad que se cura con el paso del tiempo.
Una cara sin arrugas es como un libro sin texto.
Todos los viejos fueron jóvenes alguna vez, pero no todos los jóvenes van a poder llegar a viejos.