
Proyecto
Gran Simio (GAP/PGS-España), denuncia ante la opinión pública y la Comunidad
Internacional, el abandono de 60 chimpancés en la isla denominada “Monkey
Island”, situada en río Farmington, cercana a la costa y a media hora de la
localidad Marshall en Liberia.
Según esta organización, en 1974 se puso
en marcha en dicho país, un Proyecto denominado VILAB, donde 200 chimpancés
fueron utilizados en experimentación invasiva por parte del Instituto Liberiano
de Investigación Biomédica. El programa fue lanzado por New York Blood Center,
uno de los mayores proveedores de sangre médica de Estados Unidos. La mayoría
de los chimpancés fueron infectados para el estudio de las enfermedades de
Hepatitis y Ceguera de Río. Según se les iba utilizando, eran llevados a una
isla situada en medio del curso del río Farmington. El centro dejó de funcionar
en 2005 y desde entonces han sido alimentados de forma continuada por los
responsables del programa que se comprometieron hacerlo durante toda la vida ya
que el lugar donde se encuentran no tienen alimentos naturales para subsistir,
creándose de esta forma una jaula natural donde en todo momento tienen que ser
alimentados.
Debido al costo, 30.000 dólares al mes que
supone la alimentación diaria, el 5 de marzo de este año, New York Blood Center, ha decidido no
mantener más a los chimpancés, quejándose del gran costo que supone
facilitarles diariamente comida.
Los chimpancés desde entonces, viven en
extremo peligro de muerte, abandonados a su suerte una vez que han sido
utilizados por los hombres para su beneficio, según informa Proyecto Gran
Simio.
Una vez más según esta organización, nos
enfrentamos a la irresponsabilidad que supone la experimentación médica y que
una vez utilizados e infectados de virus a unos seres cercanos a los humanos,
se les desprecia después de haber dado su vida en un supuesto “beneficio” para
la ciencia. Ahora, abandonados a su suerte, la isla se puede convertir en su
propia tumba, que sin tener recursos para poder alimentarse y sin poder salir
de la misma, morirán irremediablemente de hambre.
“Este
es el pago que les damos a los que precisamente por nuestra cercanía y
compartir un 99% de los genes totales con los humanos y una vez utilizados para
el beneficio nuestro, en lugar de agradecerles por colaborar a la fuerza con
nosotros, los abandonamos a una muerte segura. Lo mismo ocurrió con los
llamados “chimponautas”, los chimpancés que ayudaron a que el hombre llegara a
la Luna y que fueron entregados a centros de experimentación médica una vez
acabado el programa espacial, muriendo en pocas semanas muchos de ellos. La
ingratitud del hombre y el querer ser dueño de la vida en todas sus variables,
lleva a que la condición humana impida el progreso moral y el reconocimiento a
seres no humanos que sin ellos la sociedad no habría avanzado hasta el día de
hoy”, ha declarado Pedro Pozas
Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio (GAP/PGS-España).
Pozas señala que no podemos permitir que
estos chimpancés abandonados en una “isla jaula”, mueran de hambre. Han
prestado sus servicios a la humanidad y esta tiene la obligación de mantenerles
con vida. Bastante tortura han soportado para que ahora el hombre cierre los
ojos y quiera olvidarlos.
Una vez más, Proyecto Gran Simio
solicita a la Comunidad Internacional el cese inmediato de toda experimentación
con primates y otros animales, ya que existen medios alternativos más seguros,
rápidos y económicos que la utilización de seres vivos sintientes, apelando a
la conciencia moral y a la dignidad humana.
Fotografías recogidas de Google Earth y situación exacta de la Isla de los chimpancés.
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