Se nos fue Jaime, bagañete de corazón y tijarafero de origen que desde muchos años atrás apostó por la hosteleria en Tazacorte y sobre todo en el Puerto de Tazacorte.
Fue un renovador de la oferta gastronómica en todo el Valle, otra forma de hacer restauración, en aquella época en que solo teníamos kioskos hechos con badana Jaime hizo una apuesta de futuro como empresario, con buen gusto, buena cocina y un atendimiento personal fuera de toda duda.
En aquella época coincidió el PlayaMont con un popular serie de televisión y la gente lo rebautizó como "La Casa de la Pradera", pero desde siempre ha sido para nosotros el PLAYAMONT, lo demás ha sido fruto de la anécdota propia de la idiosincrasia bagañeta.
PLAYAMONT en el Puerto de Tazacorte. Hoy Jaime seria llamado de "emprendedor", ¿cuantos Jaime nos hacen falta en este municipio? Carecemos de gente de visión esa es la triste realidad, tenemos un enclave como es el Puerto de Tazacorte que no solo tiraria de la economia de nuestro municipio sino de todo el Valle. Pero vamos a ver ¿quien coño está empeñado en seguir con la pata encima del núcleo del Puerto y no nos dejan resollar como municipio? Somos y siempre hemos creído que somos el motor de arranque del Valle,podemos generar empleo, ocio, cultura, interés turístico. Jaime marcó un camino, otros lo siguieron con grandes renovaciones en el sector servicio, Taberna del Puerto , Teneguia, Montecarlo, La Cabaña, La Buhardilla, etc. Pero hay que seguir el camino.
Fdo.; CurvadeMarina
mi mas sentido pésame a toda su familia y amigos y en especial a su mujer Rosi e hijos. Aquí nos queda su trabajo en este magnifico restaurante tan galardonado mundialmente que le ha dado al Puerto de Tazacorte y en especial a la isla de LA PALMA, la fama que tiene hoy de lugar por excelencia en lo concerniente a la gastronomía palmera.
ResponderEliminarDescansa en paz Jaime, y muchísimas gracias por los ratos de placer y alegría que nos has dado en tus años de vida con nosotros...
Descansa en paz, Jaime.
ResponderEliminarMi ánimo y mis más sinceras condolencias a la familia. Consternación por la pérdida de alguien que siempre estaba en su puesto, en el Playamont, tomando las conversaciones, cuando se las daban, y haciendo el papel que a sí mismo se encomendó. Trabajar para los suyos y darle a los demás un rato agradable, en un negocio en el que casi nadie, en sus comienzos, creía. Allá donde estés, Jaime, sabemos que todos creerán en tí.
Aquilino Acosta