Mi vida toca a su fin,
tus sollozos
se mezclan con los murmullos.
La noche llegará pronto
pero no me llores,
llegará el día en que vengas detrás mío
entonces verás,
que no hay que temerla.
Es nuestra compañera,
desde el mismo segundo
en que nacemos a esta vida.
Morimos del útero materno
con un desgarro de Amor,
de igual forma
al morir de esta vida,
nace nuestra alma
en un mundo de Amor.
Cuando exhale mi último aliento
mi último suspiro,
mi alma, será libre.
Libre de ataduras, de mentiras,
cuando rompa las cadenas,
que me sujetan a este mundo,
entonces y solo entonces,
seré realmente yo.
Y podré descubrirme sin temor,
con el alma sincera y entera,
sin ocultar mis vergüenzas,
ni proclamar mis venturas.
Ama la muerte como amas la vida,
no es otra cosa,
sino la fuerza del alma
que escapa de su cuerpo,
para volver al útero,
que le dio su ser.
Saray
Coño, pues el poema este me levantó el ánimo un monton, ya ves tú.
ResponderEliminarjeje, vaya!! pues me alegro mucho....
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