Todos admiramos a
los políticos que son consecuentes, que llevan a la práctica, lo que dicen y
creen. Inclusive nos entusiasma ver cómo son fieles a sus principios e ideas.
Pero ocurre, en ocasiones, que las personas que dicen creer en algo concreto a
la hora de actuar hacen justo todo lo contrario. ¡Todo sea por arañar votos!
Fueron muchos los ciudadanos que, en su momento, confiaron
en la postura que, desde del grupo municipal de Los Llanos de Aridane, PP-
PSOE, mantenían en referencia a revocar las licencias concedidas para la
instalación de las dos plantas de asfalto en el polígono industrial del Callejón
de la Gata. Con el paso de un tiempo prudencial, analizando declaraciones y
actuaciones, puedo afirmar, sin tener temor a equivocarme que el refranero
español es muy sabio, "donde dije digo, digo Diego". ¿Hasta cuándo
van a continuar jugando con la gente, usando la demagogia y
el doble discurso?.
Partiendo de la
base que, a priori, me muestro reacio a los pactos contra natura y siendo
consciente de que, nuestro sistema electoral, no es de tipo mayoritario y que,
por tanto, más veces de las deseadas por la ciudadanía, en las diferentes
parcelas, el interés político hace extraños compañeros de cama, he de señalar
que, las ansias de poder de nuestros políticos nos conducen a la formación de
gobiernos inestables.
No puedo
comprender, sinceramente, el comportamiento político que, hasta la fecha, está
desarrollando el PSOE llanense, por una simple razón, si realmente discreparan,
en esta cuestión, con su socio de
gobierno, en definitiva, en un tema de vital importancia y trascendencia
municipal, no seguirían en el grupo de gobierno ya que, “tanta culpa tiene el
que mata la vaca como el que le sujeta la pata”.
Podemos aceptar
que el PSOE nos sermonee, presente una moción para “lavarse las manos” como Poncio
Pilatos o intente quedar, inclusive, bien ante la opinión pública, pero si los
gestos y la práctica diaria no van en sintonía de las cuestiones que nos
afectan, va a ser difícil, muy difícil, que todo ello acabe siendo más que
meras palabras. Bien intencionadas, sí se quiere, pero al fin y al cabo, sólo son
meras palabras.
Hay
comportamientos políticos que son indefendibles y que se convierten en
inmolación para quienes, tratando de defenderlos recurren a argumentos toscos o
directamente falsos. Las buenas formas y el respeto es algo que no debemos
perder de vista, máxime en los tiempos que corren, donde los ciudadanos esperan
que trabajemos para buscar una solución y no para seguir creando problemas. Dicen
que el imperio romano terminó de caer por una plaga de mosquitos. Y es que no
hay que desdeñar ningún asunto o como diría el refrán "no hay enemigo
pequeño". La problemática de las Plantas de Asfalto, en el municipio
llanense, no es precisamente menor, por mucho que se empeñe la alcaldesa,
Noelia García Leal, en minimizar el impacto del mismo. Es un escándalo y de los
gordos.
Hoy ya no basta justificar una política en
las mayorías ciudadanas, no basta con la clásica legitimidad de origen de los
gobiernos democráticos, resumida en la prueba aritmética de la gobernabilidad. Los errores políticos los cometemos todos. La
diferencia está en cómo sacar la patita del barro. La alcaldesa, Noelia García,
ha optado por seguir metiéndola hasta el fondo en perfecta comunión y baile
mortal con el partido socialista. Allá ella. Muchos se lo hemos avisado, pero por lo que se ve, la experiencia
de otros no sirve para sí misma. Ya se
sabe, nadie
escarmienta en cabeza ajena.
Las tornas han
cambiado, el grano ajeno es una grave enfermedad, y la gangrena propia es un
pequeño prurito sin importancia. Es lo que tiene la coherencia y el latiguillo
del "y tú más". Las Plantas de Asfalto, sin duda, van hacer “mucha pupa”
a este gobierno, que precisamente no pasa por sus mejores momentos, puede
terminar de machacar la ya de por sí pobre popularidad de un alcaldesa que no
se ha ganado, precisamente, adeptos en este primer año de legislatura.
Necesitamos a muchos Émile Zola para hacer regresar la cordura, la justicia, el honor y la ética al grupo de gobierno llanense. Cuando estos políticos cumplan con sus deberes, nos demuestran que hay algo más que una simple unión nominal, como ciudadanos estaremos a la misma altura y, tal vez entonces, se podrán dedicar a aconsejarnos sobre lo que debemos hacer, pero mientras, sólo me queda decir gritando: ¡basta ya, señores políticos!
Necesitamos a muchos Émile Zola para hacer regresar la cordura, la justicia, el honor y la ética al grupo de gobierno llanense. Cuando estos políticos cumplan con sus deberes, nos demuestran que hay algo más que una simple unión nominal, como ciudadanos estaremos a la misma altura y, tal vez entonces, se podrán dedicar a aconsejarnos sobre lo que debemos hacer, pero mientras, sólo me queda decir gritando: ¡basta ya, señores políticos!
Jafet Barreto es
presidente de Alternativa XXI
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