La siguiente
denuncia no aparece exclusivamente como respuesta a un hecho puntual, sino a un
conjunto de comportamientos observados en miembros de la “manada”. No aparece
exclusivamente como denuncia social, sino que incluso se extiende como denuncia
en la dimensión moral del hombre. Quien entienda que su objetivo sea quizás el
generar gratuitamente una mala imagen de
las instituciones locales, levantar polémicas donde no las hay, o ataques
políticos, estará totalmente equivocado. En tal caso, obraría mejor absteniéndose
de seguir leyendo y perder su tiempo. Quien entienda que en la sana crítica
constructiva se siembran las semillas del cambio, proceda a leerlo.
Soy testigo de
que en la isla de la Palma muchos individuos buscan continuamente la
confrontación física en escenarios públicos y eventos sociales (episodio
racista contra un ciudadano británico en la esperada Romería de la Virgen del
Pino, sin demasiada agresión física ni bajas).
Este conflicto
parece constituir un elemento necesario en su modus vivendis que alimenta un
"yo heroico" y un mecanismo de conservación del respeto y
popularidad. Conozco muchas especies animales que resuelven tales conflictos
sin el enfrentamiento, conscientes de la autoconservación de sus poblaciones.
¿Estaremos presenciando una aberrante inversión evolutiva en los últimos
eslabones de la especie humana? Tal es
la frecuencia con la que se multiplican los ejemplares de esta especie que yo
propongo que se reconozca oficialmente en el Catálogo de la Fauna Autóctona de
la isla y se establezca la señalización adecuada que advierta de su presencia.
Este tipo de actos podrá permanecer oculto en los adornados spots publicitarios
de la isla, pero la gravedad del asunto clama por que sea divulgado al menos
entre la ciudadanía. Porque nos jugamos mucho.
La crisis
actual viene acompañada de una gran degradación de la naturaleza humana, de una
transvaloración de todos los valores (parafraseando a aquel filósofo
"enfermo y loco" del Siglo XIX). Pues bien, el enemigo del progreso
no sólo es el gobierno, también está en el propio pueblo. No son ellos los
"malos" y nosotros los "buenos" de esta compleja trama. La
revolución y el cambio sólo es posible desde una primera educación de la
ciudadanía, desde un pleno acto de consciencia de quiénes somos.
¡La amenaza y
violencia impuestas ante la dialéctica, como medio para solventar el
conflicto!,
...¡La lucha física como la hazaña de mayor profundidad
espiritual que acomete el individuo en su vida!. ¡La salvaje animalización del
ser humano! ...
Sé que esta
humilde declaración no tendrá ninguna relevancia mediática ni originará ningún
tipo de debate, porque no convenga ofrecer esta realidad o porque quizás
resulte vergonzoso confesar que se conviva con tales sujetos, o las razones que
cada uno pueda aducir. Pero si al menos consigo que alguien la haya leído,
quedaré bastante satisfecho.
Fdo.- Gusmah
Estimado Sr Gusmah, estoy de acuerdo con su artículo pero a medias. No creo que ese mal, por decirlo suavemente (lo de mal), sea solo una virtud de la gente de mi tierra. Más bien creo que es una enfermedad. Una enfermedad que nos han incubado tanto en los países ricos de la Europa prospera, como en los países menos afortunados en economía pero más afortunados en sol. Nos comportamos como manadas y hordas en todos los lados y no se puede localizar el problema en un solo territorio.
ResponderEliminarYo no vivo en la isla pero si soy isleño. He viajado un poco y he visto estos comportamientos en todos los lados. El odio al otro, la xenofobia, el racismo, la homofobia y todas las fobias que se le ocurran no son solo patrimonio palmero. No se señor de que sitio es usted pero seguro que en su lugar también se producen estas conductas. No creo que este bien que yo critique por ejemplo el nazismo, y meta en todo el concepto a todos los alemanes o si le parece le cuento como tratan los ingleses a los paquistanis, chinos, hindus, latinos y un largo etc…No nos debemos de meter en el mismo saco todos los palmeros, ni todos los alemanes, ingleses franceses etc...Lo que si debemos de criticar es las aptitudes y las maneras. Ninguna ideología, ninguna circunstancia, ninguna condición humana por extraña que parezecca nos guste o no, justifica ninguna aptitud hostil. Mi propuesta es que empecemos a dejar de una vez de comportarnos como animales y empecemos a comportarnos como personas con dedos de frente y con conciencia. El mal de las sociedades actuales es la violencia y el borreguísimo mientras sigamos con este comportamiento siempre habrá alimañas que nos controlen. Es a estas alimañas a las que les interesa seguir fomentando el odio y las hordas y créame medios tienen para ello, muchos más de lo que nos pensamos. UN SALUDO