Las arenas negras auguraban un destino
Mas vano que humano
Una triste caída cual icaros de sal
Que quisieron volar más
Allá de lo que la vista ofreció
Triste se quedan las piedras, pensando
En su caída, alegres las olas que vuelven al sitio
Del que nunca se tuvieron que ir por no oír
A aquellos que decían que allí no se podía vivir...
Gigante con pies de cemento, locura de días
De vino y cargado jumento.
Los dioses siguieron adelante con su nacimiento
Sin tener en cuenta a las leyes del humano
Nunca tuvo vida en sus entrañas de
Aquellas mañas nunca crecieron cosas alegres
Si extrañas, era el anuncio de una caída pregonada
Fdo.- Los Portugueses
Yo también quiero fumar de eso.
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