Ecos de una huelga

Ni contigo ni sin ti decía un viejo bolero, creo. La huelga convocada tanto por los sindicatos, por varios partidos de la oposición y varias asociaciones en mi opinión ha sido un toque de atención a un gobierno que sigue en sus trece y que no atiende al sentir ciudadano. Un gobierno que sigue más preocupado por quedar bien ante una Europa a la que sinceramente creo que España le molesta, le incomoda, la ve como el hermano inútil. Nunca nos han mirado como socios más bien siempre han recelado de nosotros excepto a la hora de beber sangría y comer paellas en nuestras costas para eso si que nos han considerado siempre útiles, el sol español siempre les ha gustado. Pero el milagro español paso a ser una pesadilla para ellos. Vale que las ayudas que nos han dado en forma de subvención han servido en su momento para de una manera u otra crear un espejismo de desarrollo, solo fue eso un triste reflejo de una realidad en la que nadábamos como una sirena anclada en un mar de abundancia. Vale que también sin esas subvenciones este desastre hubiese sido peor, las circunstancias económicas se basan en ciclos y nadie vio el final de la abundancia. Pero de ahí a lo que nos exigen como miembros de una utopía como la Comunidad Económica Europea, para mi sigue siendo una pesadilla pertenecer a una asociación de países en la que nunca seremos iguales a los países del norte por mucho que nos empeñemos. Ni seremos iguales en condiciones laborales, ni nunca tendremos su “status” por muchos que nos empeñemos, de todo esto a lo que exigen hay un largo trecho insuperable. Insuperable porque en España no hay industria, no hay investigación y desarrollo, no hay empresas punteras en nada. Somos un país que nunca se sube al tren del desarrollo y hemos basado todo nuestro crecimiento en la burbuja inmobiliaria. En el ladrillo seco y muerto, en el triste color gris del cemento y así no vamos nunca a parecernos a ningún país del norte, así no.  Nunca estaremos en las mismas condiciones que los demás países del norte y eso nadie en la clase política de nuestro país lo ha visto, solo han visto la subvención, a cambio de unos cuantos euros vendimos lo poco que nos quedaba y ese ha sido el error y de aquellos polvos, de cemento, vienen estos lodos que vivimos estos días. La huelga de hoy ha sido un toque de atención, ha sido un aviso ya no sé si tanto para nuestro gobierno como para Bruselas. La huelga de hoy no sé si servirá para algo pero el caso es que se quiera o no el latir de la calle está ahí. La gente se está empezando a hartar de las condiciones leoninas que nos están imponiendo y cuidado en eso si los españoles somos los mejores, a cabreados no nos ganan ni los griegos, ni los portugueses, ni los italianos. ¡Ojo!, no nos cabreen y si no nos quieren díganlo ya, que el amor es lo que tiene viene y va pero el desamor es muy malo, y los españoles somos muy apasionados… muy apasionados.

Juan Salvador Pérez Hernández.