EL MILAGRO DE LA ROMERA

EL MILAGRO DE LA ROMERA

 En el barranco Tenisca, en Tazacorte, hay un puente por donde pasa el canal de agua que, partiendo desde “El Tejar”, riega las fincas de plataneras del lado derecho del barranco. Dicho puente es denominado por la gente del pueblo “Las Escanales”. Ese puente es también lugar de paso de las personas que van a trabajar a La Romera y a las fincas situadas a ese lado. Desde lo alto del puente  se ve perfectamente un gran desnivel del barranco que ocasiona un salto de agua cuando llueve y, que en el pueblo lo llamamos  “El Salto”. Detrás de esa cascada existen unas cuevas.
 Hubo un tiempo en que, los que transitaban por Las Escanales, corrieron la voz de que en el interior de una de esas cuevas se veía la calavera de un señor que se había suicidado y cuya alma estaba penando.
Al llegar este comentario a oídos de don Agustín Fernández de La Guerra -párroco del pueblo por los años 25, cuando se segregó Tazacorte de Los Llanos-, organizó una expedición  y, desde el canal pudieron ver con los prismático del cura –de los pocos que habría en la época por aquellos lares- que la calavera no era otra cosa que  el dibujo que formaban los excrementos de las palomas en una piedra, en la que se posaban cuando iban a beber agua a una fuente que existía dentro de la cueva.
A  partir de ese momento existe en Tazacorte la expresión: “El milagro de La Romera”, cuando se comenta un hecho que es normal y que alguien le quiere dar un rango especial.
-“En la pérgola estaban los viejos echando un montón de arrentías”.
-“¡Vai! ¡El milagro de La Romera!”
                
                             

                                           

                                                 Talio Noda Gomez

                       Cronista Oficial de la Villa y Puerto de Tazacorte.