UN SENTIMIENTO

Los pueblos no son solo un grupo de calles más o menos ordenadas, ni son monumentos o plazas y ni sin siquiera son hitos y fronteras que lo limitan. Los pueblos son la gente que los habita y a los que une un sentimiento de pertenencia a veces aderezado por una manera de hablar y otras veces cocinado en la manera de entender la vida y hacer las cosas.

Últimamente he notado cierta animadversión hacia el mio. Mi pueblo no sé por qué siempre está en boca de todos, quizás creen que nos conocen y no es así.

Unos nos acusan de barbaros, de salvajes de ignorantes y brutos. Otros de conflictivos de matones y arrogantes, de tontos y “magos”.

Pero mi pueblo no es así y sus gentes menos. Mi pueblo siempre fue humilde, trabajador, esforzado y con iniciativa. A la gente de mi pueblo hay que quererla con todo lo que significa el verbo amar. No conozco a casi nadie en mi pueblo que no sea solidario que no te abra el corazón y que si es tu amigo no de todo por ti .No se puede juzgar a un pueblo por las apariencias,por que hablen de una manera o de otra y sobre todo no se puede juzgar sin conocer.

Mi pueblo es puestas de sol, artistas, maestros y marineros, pintores, gente culta y sensata. Es un pueblo con sabor a mar, de mujeres bellas y hombres curtidos por el sol. Un pueblo de hombres y mujeres de manos duras, callosas de tejer redes en la explanada del muelle. Es batallas con el mar al que le sacamos el sustento. Es un pueblo de manchas de plátano en la ropa, de sorribas y licor de café .De conversaciones y susurros en las plazas, de dominó, fútbol y gallos, de lucha canaria. Es un pueblo de arcángeles, de mártires y de procesiones marineras. De fiestas y modas, de caballos de cartón, de música y poetas. A veces criticado sin razón, muchas veces sin ella.

Sí señores esto es mi pueblo y no, no estamos en el siglo XVI sino en el XXI, como me han comentado algunos. Como todo el mundo tenemos defectos no somos perfectos ni lo pretendemos, esos honores son para otros que pretenden ser mejores que nosotros y no lo consiguen. Pero todos nuestros defectos paradójicamente hacen que salgamos adelante con más orgullo y valentía. Aprendemos rápido y a veces nos empeñamos en repetir defectos pero si no fuera así no seriamos nosotros.

Nos acusan de perder población, de no tener futuro, de que nadie va a él por que no ofrece nada. Pero mi pueblo siempre progresa, siempre evoluciona a pesar de todo.

En mi pueblo todos nos conocemos y casi nos llegamos a querer a pesar de las diferencias.

No señores en mi pueblo no nos odiamos tanto como creen. Hay más cosas que nos unen que las que nos dividen.

No somos solo plazas, lugares ni siquiera playas y fincas plataneras.

No nos juzguen sin conocernos. Quizás se lleven una sorpresa porque a pesar de que a veces hablamos de forma peculiar y a veces parece que gritamos si eres amigo de alguien de mi pueblo este te abre el corazón y si tiene que darte lo poco que tenga te lo va a dar. Es un pueblo joven con futuro aunque alguno se empeñe en que no lo tenemos. Que perdemos población y envejecemos, no es verdad, a veces los números solo son eso, números. Ser de mi pueblo es un privilegio, un sentimiento y aunque algunos no estemos allí eso nunca muere. Mi pueblo señores tiene futuro, mucho futuro y muchas posibilidades. Simplemente un día cuando menos se espere despertará, aunque nunca estuvo dormido. No intenten dividirnos no lo conseguirán, aunque les parezca factible es solo una ilusión que tienen algunos.

Fuimos los primeros en ser conquistados pero seremos los últimos en ser sometidos. Somos un pueblo pequeño pero valiente sacrificado y orgulloso y eso en estos tiempos que corren y ahí en mi querida tierra parece que sea pecado.

Por cierto mi pueblo es y será siempre, Tazacorte, por si alguno no lo noto aún.

Juan Salvador Pérez Hernández. (Un bagañete exiliado del mar, no de un sentimiento)