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viernes, 16 de noviembre de 2012

On 10:19 by PuertodeTazacorte in    2 comments
(Las razones de su origen y sus formas)

Quisiera comenzar aclarando por qué elijo el papel y no el micrófono, disponiendo de tal valioso recurso, para transmitir mi reflexión. En primer lugar, la escritura nos permite exponer y secuenciar minuciosamente un cierto contenido utilizando la riqueza de un lenguaje (como es en este caso el español) y mejorar aquellas partes que quizás deban ser enfatizadas o explicadas. Esto siempre con el objetivo de evitar ambigüedades y erróneas interpretaciones de los lectores, evitando así debates innecesarios o irrelevantes que puedan desviarse del objeto central de nuestras palabras. En segundo lugar, porque una emisión radiofónica está expuesta a ciertos factores accidentales que impedirían la transmisión de un mensaje como este. Y por último, siendo esto lo más importante, porque si hubiese elegido el micrófono como medio me opondría a los principios éticos que subyacen y se derivan de mi reflexión.

                El programa de Aula Social surge por varias razones. La primera se basa en la contradicción, como realidad. Esta contradicción no es individual, sino colectiva, y podrán verse representados en ella los que sean suficientemente conscientes de su trayectoria académica y presente. Por ello, puedo decir que no sólo hablo en mi nombre, sino en el de muchos. Aparece la contradicción cuando una persona nace en una región o país que le ofrece la posibilidad de recibir una educación básica, según los derechos recogidos en la constitución, y posteriormente (habiéndose instruido y logrado, a través de los procedimientos oficiales, convertirse en profesor, en mi caso, o profesional de cualquier otro saber práctico) no se le permite desarrollar tal labor en esa sociedad. Y no se le permite debido a la ingente cantidad de errores de un mecanismo burocrático injusto y que sólo ofrece las posibilidades laborales a una clase privilegiada. No obstante, esta persona está moralmente obligada a encontrar una respuesta que justifique tal contradicción, y en esa búsqueda vive. Aún no otorgándosele dicha respuesta (o no encontrando una respuesta que, apoyada en argumentos racionales y propios de la sociedad democrática en que vive justifiquen ese final), nace en ella una necesidad pulsante interior de desarrollar a toda costa la labor para la que ha sido formada. De esta manera, se justifica que esa persona aproveche un medio como la radio, para exponer no sólo las contradicciones que ella y otros ciudadanos padecen, sino para intentar generar la actitud y conciencia social necesaria para intentar evitarlas o, en su caso, minimizarlas. Según esto, se comprende que tal persona pueda sentir que está aprendiendo, educando y cultivando, con la ayuda de colaboradores, profesionales y el resto de la sociedad, un suelo fértil en que pueda nacer un proceso de enseñanza-aprendizaje social y un escenario de análisis del sistema educativo que la ha formado y que le ha conducido a tal estado. De esta manera, tal contradicción puede quedar, en cierta medida, mitigada. 

                En segundo lugar, este proyecto nace como consecuencia de la visión de una sociedad dormida, que no defiende su educación, que acepta el “pan y toros” como cultura de la comedia, permitiendo con ello que se apropien de sus derechos y se impida su fundamental participación en el proceso de debate, elaboración y mejora continuas que necesita una realidad cambiante como es la educación. 

Y siendo este el estado de las cosas, muchos radio-oyentes podrían cuestionar y recriminar las formas y esencia de nuestro programa. Y quizás podrían plantear que, disponiendo de estos micrófonos, y considerando que al fin y al cabo no nos jugamos nada (porque nos han quitado precisamente lo que nos podríamos llegar a jugar), deberíamos desenvainar las espadas y abrir guerra dialéctica contra algunos culpables, contra los señores políticos. Bien, pues no lo hacemos precisamente porque si fuese así, declararíamos el triunfo y nuestra aceptación a un sistema y a unas reglas de juego que ya hemos visto que no son eficaces y que nos impiden trabajar y progresar. Eliminaríamos esta posibilidad de hacer educación en sociedad, desde el pueblo, respetando los principios y objetivos que todo proceso o proyecto educativo, entendemos, debería tener. Eliminaríamos esta posibilidad en favor de perpetuar las batallitas y verborreas acusativas sin fundamento intelectual que frecuentemente provienen de los individuos de estas esferas. Efectivamente, la charla política siempre está a un paso, y en medio paso podríamos estar hablando de política educativa. Pero hay que añadir que toda acción genera un efecto, y nosotros los ciudadanos hemos esperado que los efectos de la acción política que hemos elegido sean tales que garanticen nuestro bienestar. En España, en el sector de la educación, estos efectos han sido negativos y la actualidad parece revelar que a ello tiende la acción política en dicha materia. Por esta razón, más que nunca ponemos grandes esperanzas en que esta sociedad despierte con aires nuevos y ejecute el papel fundamental que tiene en la construcción de su educación. Porque en la sociedad se halla potencialmente esa capacidad de unificar fuerzas y encontrar un mensaje común que decida qué clase de educación necesita actualmente y qué tipo de gestión política necesita para velar por ella. Este es el sentido correcto en que debería proceder una ciudadanía prudente que ejercite correctamente los derechos que la democracia le concede, y no el inverso, como así ha sucedido: Elegimos a un partido político que se proclama como salvador en ciertas circunstancias socioeconómicas y culturales del país, y nos vemos obligados a seguir y adaptarnos a su particular forma de concebir la educación, o mejor dicho, a su forma de responder a la forma del anterior partido de concebir la educación. Si la sociedad aún no ha construido la suya, perfectamente acontecerá esto último.

Hablando de formas, Aula Social no pretende establecer dogmas educativos ni propagar visiones personales y absolutistas de lo que sería un sistema educativo justo y eficaz. Conocemos nuestras limitaciones, y comenzamos siendo conscientes de ellas y aceptándolas, para traerles los testimonios de los profesionales de este sector. Entendemos la humildad como condición inicial y esencial para hacer educación. 

Finalmente, creo que sobra decir que no pretendo captar adeptos, ni abanderar un movimiento social, con ambiciones políticas que inicialmente pueden presentarse ocultas. No me interesa ese mundo. Por ello no escribo para encontrar simpatizantes ni halagos, tan sólo lectores y personas que aún utilicen el pensamiento crítico en sus vidas. Pero podrían así mismo preguntarse el por qué entonces de este alegato con cierto cariz político. Pues porque considero necesario compartir con la sociedad otra de las injusticias más que se viven en este país, una experiencia más y, en menor medida, porque deseo evitar o poder defenderme (si surgen) contra erróneos juicios sobre mi persona y lo que hago. Y digo en menor medida porque no me importan los juicios que cualquiera libremente pueda hacer, pero sólo daré la bienvenida a aquellos que se hallen suficientemente argumentados y partan de un conocimiento. Por esto, como adelantaba al principio, es en el papel, y no en la radio, por respeto a mí, a lo que hago y a quienes me oyen, donde explico detalladamente las razones y formas de este pequeño programa.

                Escribir y compartir estas reflexiones muchas veces suponen un gran alivio moral. Si logramos que nos comprendan y encontramos ecos a nuestra voz, nuestra satisfacción se hace plena. 


      Muchas gracias por vuestra atención.

      Fdo.: Carlos Rodríguez Martín

2 comentarios:

  1. Todo proyecto, y más este de carácter educativo, son alentadores querido amigo. Solo deseo que tengas la mayor de las suertes con tu programa y con que solo uno de estos programas valga para que a alguien le mueva la curiosidad, se de por aludido y mejore en su día a día estará bien empleado. La educación es uno de los caballos de batalla de la sociedad. Sin educación no somos nada somos mas pequeños y vulnerables, mas manipulables. Como dice un viejo refrán castellano “Buenas palabras y buenos modales todas las puertas abren”. Enhorabuena amigo.

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