LA TEMPESTAD

                La tempestad es una Zarzuela grande, denominada por sus propios autores como un “Melodrama fantástico”. Son tres actos en prosa y verso con libreto de Miguel Ramos Carrión y música del Maestro Ruperto Chapí. Se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 11 de marzo de 1882.

                Esta Zarzuela, aún siendo considerada mucho más operística que las propias óperas del autor, no se representa en demasiadas ocasiones, pese a su éxito inicial, debido a que la obra es presa de la superstición y los artistas la consideran con mal fario. Es por ello que esta ópera rara vez se representa en la actualidad, siendo que en las estadísticas de Operabase no aparece entre las óperas representadas en el período 2005 – 2010.

                Es comentado y sabido que las compañías que la han representado han acabado mal, arruinadas y con problemas de toda índole. Los teatros donde se representaban terminaron con averías y desperfectos y con problemas en los montajes, y llega el caso extremo que el Maestro Ataúlfo Argenta no pudo nunca dirigirla en su versión completa porque falleció súbitamente, en extrañas circunstancias, rozando la hipótesis del suicidio, en la madrugada del 21 de Enero de 1958 en la localidad madrileña de Los Molinos.

                Se da la coyuntura que los intérpretes que mayor gloria han alcanzado interpretando esta obra musical han sido los canarios, el gran tenor universal Alfredo Kraus y su hermano, el Barítono Francisco Kraus, menos conocido pero de una valía y técnica vocal que nada tiene que envidiar a su hermano menor. Más significativo es aún, que en las versiones de los hermanos Kraus se eliminaron tres números de la Zarzuela para evitar hacerla completa y con ello huir de su mal fario.

                Y más peculiaridades de esta curiosa obra del género chico las posee el argumento, y que personajes masculinos estén interpretados por féminas,  en el cual un personaje, Simón, entorpece el noviazgo de Roberto (héroe de la historia interpretado por una mujer mezzosoprano) y Angela (mujer también y soprano lírica) con la idea de quedarse con el capital de ella. Claudio Beltrán es un rico indiano (interpretado por un tenor lírico como Alfredo Kraus) que agradecido a Roberto que le ha salvado en un naufragio, protege sus amores y se gana las iras de Simón un viejo avaro (barítono como Francisco Kraus) que le acusa de un antiguo crimen cuya autoría realmente fue perpetrada por éste, padre adoptivo de Angela.

                Roberto y Ángela, Canarias y sus políticos, un amor complicado en tiempos más que difíciles;  Claudio Beltrán, todos los que habitamos esta nuestra tierra, que protegemos nuestras costumbres, raíces y sentimientos aún a costa de nuestro sufrimiento; y Simón, la corrupción, la mala gestión, la negligencia, la indolencia, la pereza y la apatía que quiere frustrar una relación que debiera ser de idilio, generosidad y servicio entre el poder político y el pueblo al que representa.

                ¿Casualidad? ¿Mal fario? ¿Superstición? ¿Simplemente drama?  Como dice el refrán canario: “El que de trapo llega a mantel, no hay quien pueda con él”

Alfonso J. López Torres

Secretario Federal CCN

@AlfonsoJLT