Carta a un amigo

Aún recuerdo los sábados por la mañana cuando nos saltábamos la valla del campo de futbol para jugar nuestros particulares partidos de fútbol, Samborondón contra La Costa.

Tu solías ser mi” Alter ego “él único que corría tanto como yo en el equipo de La Costa, siempre terminábamos extenuados tanto tu como yo, en aquellos tiempos aún no tenía esta tripa que tengo ahora, barriguita de cuarentón...cosas de la vida y de los años. Al final siempre caía un abrazo, cansados y asfixiados del esfuerzo matutino. 

Algunas veces ganamos nosotros y otras vosotros. Té recuerdo siempre con tu manera particular de correr, siempre con tu aliento en mi cuello. Siempre fuiste noble ni una triste patada recibí nunca de ti. En aquellos días ya despuntaba tu amor por el rock- duro, siempre llevabas una camiseta negra me parece que con el logotipo de los “Stones”, me acuerdo que me llamaba la atención tu peculiar manera de ver la vida y tu amor al Barça, eso por encima de todo, algo común en los dos. Luego me entere también de tu amor por el Teatro.

Como parte de mis recuerdos que eres que sepas, que me quede huérfano hace un tiempo cuando de una manera injusta y cruel a alguien le dio por sacarte de mis vivencias infantiles, de mis recuerdos, alguien que no respeto tu manera de ver la vida, tú manera de entender la música, en definitiva te aparto de tu forma de entender estos tiempos que nos agobian. Siempre vi en ti a una buena persona y lo más que recuerdo de ti era esa nobleza que tenías tu amor a tus aficiones y ese bigote que siempre llevaste a modo de galán de película, siempre fue así amigo. 

Para mí siempre tendrás la virtud de ser aquel corredor de fondo siempre buena gente y noble. Siento mucho la manera en que te fuiste, quizás porque me quedaba la esperanza de encontrarme contigo en algún lugar entre La Costa y Samborondón y saludarte, recordar nuestros sábados y comentar nuestras carreras por la banda.

Allí donde estés amigo espérame para recordar aquellos días y tomarnos algo más que agua. Té prometo que mientras recuerde mis días de infancia tu estarás en ellos, nadie aunque quiera te borrara de mi memoria.

Dedico estas palabras a TOÑO GOMEZ (d.E.P) a sus hermanos y demás familia…allí donde estés Toñito allí estará mi memoria

Juan Salvador Pérez Hernández (un bagañete exiliado del Mar).