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domingo, 26 de febrero de 2012

On 19:51 by PuertodeTazacorte in    2 comments
Suelo leer este blog y en otras ocasiones he participado en los comentarios. Primero que nada necesito hacer saber que soy uno más de la incipiente turbamulta que reclama el fin de las confrontaciones políticas. Se acabó el pasado en el mismo momento que se decidió un cambio en el rumbo que hasta entonces constituía el rígido guión de toda una forma de pensar y actuar en nuestro pueblo. Señores, esto no sólo significa un cambio en los cromos. No hay sólo un trasiego de informaciones y de simpatías, un trasvase de animadversiones, de aliados o enemigos. En las pasadas elecciones hubo un significativo desplazamiento de apoyos y los que se habían sustentado en la sólida base de una mayoría absoluta han tenido que abandonar su situación de liderazgo y pasar a engrosar las filas de una oposición que se debiera entender como constructiva. No es una derrota personal, partidista, al menos así lo veo yo. No pierden unos para que otros ganen, no. Tazacorte, junto, unido, comprometido con otra forma de ver el devenir de su presente más cercano y vivaz entendió que era necesario romper con el costumbrismo de un mandato, tal vez demasiado extenso y eso lo debemos respetar todos, seamos o no partidarios de tal decisión. Los que habiendo ganado las elecciones han visto relegadas sus aspiraciones a los sillones de la oposición deberían asumir la ardua labor de bogar en aras de un progreso que es de todos y para todos. Sí, ya sé que luchar por un mismo objetivo pero desde un diferente lugar no siempre es fácilmente digerible pero aquellos que depositaron la confianza en determinado partido (esté o no esté en el poder) merecen el sacrificio de unos responsable que representen TODOS los intereses en concurso. Soy de los que opinan que el RESPETO es un frágil aliado que pocas veces determina la victoria en una contienda y en la mayoría, sin embargo, es tenaz y malvado responsable de las derrotas. Los unos y los otros debemos respetar lo que el pueblo quiso ahora hace ya unos meses. Lo merecemos y lo necesitamos para poder mirar al frente y acertar a ver un futuro entre tanta nubarrón, tormenta y tornado que azota nuestras más inusitadas esperanzas. Si nos despedazamos mutuamente: criticando lo valorable, menospreciando lo aceptable, ninguneando lo ilusionante, mintiendo lo verdadero y riéndonos de lo más serio y responsable, sólo conseguiremos hundirnos en esas guerras suicidas que regocijan momentáneamente rencores resabiados y nos terminan aislando de la verdadera satisfacción por vivir en un lugar querido en felicidad. Todos tenemos nuestras preferencias: a mi me simpatiza más la forma de ver el mundo de aquel, me encanta la palabrería del otro, me agrada la humanidad del que en momentos de debilidad me proporcionó un trabajo, me acuerdo del que en dificultades me acarició con su voz. Todos, como seres humanos obramos de manera parecida en cuanto concurren circunstancias similares pero también debemos aceptar que no somos uno sólo y que el que nos dirige (por demócrata y singular voluntad popular) debe tratar de hacerlo pensando en 6000 habitantes y no en unos pocos.
No es sencillo el cometido de ningún político en los tiempos que corren porque se enfrentan a la general opinión pública que cada vez, no entro en las razones, los siente más lejanos del pueblo en general y próximos a cada uno en particular. No es fácil tratar de dirigir una orquesta en la que se confabulan chismorreos en cuanto a la afinidad del director por algunos músicos y a la responsabilidad de un gobierno para unos pocos, ignorando los intereses del todo. Yo no sé si los que están (coalición PP-PSOE) son mejores, o son peores que los que se fueron. He visto avanzar a mi pueblo estos años con la falacia de muchas tesis (en mi opinión equivocadas) auspiciadoras de sueños tan irreales que más parecían de novela de ficción que cómo frágil entelequia producto de las esperanzas de algunos. No creí en los tantos hoteles. No creo en la circunvalación que ahora representa no sé qué para no sé quienes. Queremos ser un pueblo que no somos, queremos hacer esto o aquello porque lo merecemos ya que otro lo tiene y le funciona. Yo, no soy bueno jugando al fútbol, juego al fútbol y si no meto la pierna y corro más y protesto más de la cuenta y despisto con argucias varias, soy lo que puedo para lograr lo que está a mi alcance. ¿De qué me vale querer ser Cristiano Ronaldo y meter 70 goles y decir que lo merezco y que por eso trataré de ser su clon, si al final sabré que no lo soy y que no puedo con ningún reto ni similar, ni parecido a los que logra este astro? Espero entendáis el ejemplo. Los Cristianos, en Tenerife, nació al amparo de un muelle, dicen algunos. Algo parecido siempre ha estado en la mente de nosotros, los bagañetes. Tenemos horas de sol, clima privilegiado, ‘muelle’, zona económica en expansión y muchas más cosas. Pero veamos antes qué no tenemos. No tenemos lugar de expansión geográficamente hablando, si queremos un pequeño ‘Los Cristianos’ en el Puerto de Tazacorte, ¿dónde construiremos?, convendrán en que no hay mucho o dejémoslo en que no hay tanto. No somos un lugar lejano y bien ubicado para el tránsito marino. Estarán de acuerdo conmigo, espero, en que la ubicación de los Cristianos en cuanto a tráfico marino es óptima para la comunicación con el resto de islas occidentales (La Gomera, El Hierro y la Palma) y su lejanía con respecto a Sta. Cruz de Tenerife adecuan el emplazamiento de un muelle de pasajeros en tal localidad. Adeje tiene su muelle porque sí y porque pocos habrían dicho que no y ese, amigos, no es nuestro caso. Nuestra capital no lo es más que por emplazamiento de instituciones gubernamentales y por historia. Ni tiene actividad empresarial para sostenerse por sí solo, sin el apoyo incondicional de nuestros queridísimos políticos ni por supuesto tiene lugar para ser más de lo que es ahora mismo. Por favor, vale con tratar de adivinar las razones de emprender una obra faraónica en un lugar en el que una playa es tan natural como la ‘isla palmera’ en Dubai, capricho de los petrodólares de algún jeque; en la Palma los jeques son nuestros políticos que sentencian nuestra maltrecha economía con empresas descabelladas y por el tácito acuerdo de unos capitalinos que tienen su playa fronteriza e igual de caprichosa que la que es objeto de sorna por parte de cualquier visitante o preocupado conciudadano palmero. ¿Podemos unos pocos, menos poderosos realizar un proyecto que cercena los débiles tentáculos en los que se sustenta nuestra capital? Pues no. Ojalá mis ojos lo vean pero ni los de mis abuelos lo vieron ni creo que los de mis padres disfruten la vista de algún crucero amarrado en el dique que exige la obra que se pensó en sus inicios en nuestro Puerto. Y entre tanto, nos dejamos birlar plataneras y esperanzas sin darnos cuenta. 
La comodidad, la conveniencia, las ventajas de no tener tránsito de camiones pesados. Yo he oído la radio y a algunos quejarse insistentemente del tráfico de camiones pesados por nuestro pueblo pero … ¿por qué no pensamos en que esos mismos camiones que pasan obligatoriamente sólo redunda en la idea de que es necesario su paso y por ende el de otros muchos que deben cruzar nuestro casco urbano sí o sí? Vendrán a Tazacorte todos esos que ahora pasan de manera obligatoria. ¿Pasarán por nuestra gasolinera, tomarán café en nuestros bares, desayunarán en nuestros negocios, pararán a ver nuestros lugares de interés? Hasta hoy, esa pregunta se ha respondido necesariamente con un sí pero a partir de esa circunvalación no sé sabe qué pasará. No me cierro al progreso, ya ven que no me alineo con ninguna opción política porque el pueblo es quien sufre y quien merece ser escuchado siempre. Se hizo referéndum acerca de esa circunvalación, NO. Se dijo que sí porque es útil, porque los Llanos la tiene y le ha venido bien. No tenemos su mismo tejido empresarial, no tenemos sus mismos atractivos en zonas de ocio, compras y diversión. A los Llanos hay que ir porque sí pero ¿y a Tazacorte?.

Nos dejemos llevar porque esa comodidad que ya es idiosincrasia bagañeta así nos lo impone. ‘Total a mi que más me da’. Menos plataneras que al fin y al cabo no dan dinero a nuestro pueblo dicen unos, pero sí que lo dan porque indirectamente (los bagañetes nunca hemos sido propietarios de manera mayoritaria) vivimos de este sector aunque los dueños, el dinero se vaya fuera. Menos plátanos y más cemento. Obras, edificios y hoteles. Todos hemos visto que no hemos generado riqueza porque siempre he creído que nuestra fuente de beneficio está más ligada a lo tradicional que a aquello que haya podido triunfar en otros lados. Ahora está el hotel Hacienda de Abajo al que sí le auspicio futuro porque el motivo, su trasfondo se entronca en nuestra cultura más arcaica y natural: un ingenio azucarero. Quizás permitir el desarrollo de un turismo rural, con pequeños complejos rurales muy integrados en el medio ambiente, muy dentro de nuestras plataneras. Luchar contra los invernaderos, inventar maneras de compensar a los dueños para que desaparezcan de nuestro maravilloso escaparate natural. Hemos tenido una fábrica de mosaicos que es un lujo para cualquier intento de conformar una pequeña y emblemática industria manufacturera, con visos de autosuficiencia para el propio consistorio (pueblo en sí) como de cara al público. No entender la acuicultura como una panacea para nada ya que las ganancias no serán tantas y tal vez las pérdidas sean demasiadas.  
Lo dejaré para otra vez pero necesitamos juntarnos todos, sudarnos juntos, olvidar rencillas políticas y entender los puntos de vista de cada cual como suyos y respetarlos. No debemos malcriarnos con la crítica porque sí, no debemos llevarnos por lo que diga nada, sea político o no, esté o no esté en el poder. Tenemos cabeza, tenemos brazos y piernas para poder trabajar y obrar en consecuencia de nuestros propios pensamientos. Si hicimos un acto de soberanía popular en las pasadas elecciones y decidimos dar una oportunidad a otros, tratemos de ayudarnos para que ese cambio que creímos necesario fructifique y nos saque del ostracismo social en el que nos hemos sumido en las últimas décadas. Nadie habla del que hizo, del que no hizo, nadie debe hacerlo más allá de las causas pendientes y personales que pueda tener cada cual pero como pueblo debemos ser concretos en nuestros sueños y tratar de alcanzarlos por encima de los deseos de venganza de ‘esos personajes’ que han quedado desterrados de nuestro actual panorama gubernativo. Ni UB, ni PSOE, ni PP, ni IU, nuestras siglas deben ser las de nuestro pueblo TAZACORTE, ni una más ni una menos. Y nuestro político, nuestro mejor representante debe ser nuestro pensamiento, nuestra razón. Yo creo que podemos y siempre pensaré que es en tiempo de crisis cuando surgen los milagros, cuando se gestan las grandes hazañas.
Fdo.: Elenancia 

2 comentarios:

  1. Un articulo muy bonito,pero mientras no cambien sus sentimientos los politicos gobernantes,muy dificil de llevar a cabo,como quieres pedir unión y ayuda,si estan haciendo lo mismo que criticaban o decian que hacian los salientes,dicen con palabras que hay igualdad,pero no con los hechos hacen lo contrario.Y eso pasa cada vez que hay fiestas,que si patatin que si patatan,las fiestas duran un par de dias,y vivir y buscar trabajo para mantener la familia, es dia a dia,cuando el arbol de frutos veremos,las flores son muy bonitas y hasta ahora es lo que se ve flores.

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  2. Si todos pensamos lo mismo,¿Por qué no lo hacemos realidad?
    Has descrito mis pensamientos y creo que los de casi todos los bagañetes. ¡¡¡TODOS SOMOS TAZACORTE!!!!

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