EL OCASO DE LOS DIOSES

Los últimos acontecimientos me han hecho recordar el título de esta ópera de Wagner, género musical al que no soy muy aficionado. 

Eso sí, todos hemos escuchado más de una vez la marcha de las Valkirias y la identificamos rápidamente. Estos últimos acontecimientos son los que están pasando en nuestra Casa Real, porque creo que es nuestra por mucho que algunos de sus miembros se empeñen en que les pertenece. La institución, aunque anacrónica para esta época pertenece al pueblo y aunque en cierta medida nos  viene impuesta, si el pueblo no hubiera querido no existiría. Muchos consideran al actual monarca como principal mentor del estatus social y político que disfrutamos, llámese democracia “stilushispanus”, como si la democracia y las libertades políticas no fuese un derecho que nos merecíamos después de cuarenta años soportando a un dictador sin más adjetivos que ese, dictador.

Pero los días actuales llenos de crisis no sólo económica, sino más bien de valores y de falta de ética por parte de quienes legitimados por el pueblo nos malgobiernan parece que ha desembocado en una caída de popularidad de aquel que se pensaba nos había salvado de otro trepa con tricornio y bigote, que pretendía someternos y “anacronizarnos” en estos tiempos modernos que vivimos. Por cierto que esta película de Chaplin también tendríamos que revisionar.

Pues bien la monarquía me parece que como institución o se endereza y abdica el actual rey, gracias señor por todo aquello que yo dudo,  pero se cree que ha hecho por mi país, o aquí las cosas van a tomar un camino que nadie esperaba. 

La presión a la que se nos somete a los que nos somos de sangre de azul, los recortes a los que se nos expone, no sé si serán o no el detonante pero la institución acabará como la marcha de la Valkiria, llorando la caída de los dioses. Esos dioses impuestos que nos han fallado, que consumen nuestros recursos y a los que la crisis parece que no afecta. Por cierto a mí también me gustaría ir al continente africano pero no a cazar elefantes sino  a disfrutar de sus paisajes y de sus gentes. También me gustaría que cuando lo necesite no tenga que esperar en un a lista para que se me trate médicamente. ¿Saben  con treinta mil euros la cantidad de sillas de ruedas y medicamentos que se podrían comprar? También me gustaría poder estar en una finca enseñándole a mi hija a plantar tomates y lechugas, pero no a disparar y si puede ser el día de mañana me gustaría tener un hijo o hija política deportista de élite pero sobre todo que sea honrado, y puestos a pedir me gustaría que mi compañera estuviera a mi lado siempre y no en otro país por causa de mis bajas pasiones  y mis desmanes de abuelo cebolleta, si llego a viejo.

No soy nadie para dar consejos, quizás y no estoy seguro, que yo pueda decir esto y publicarlo, sea un logro de este señor, pero póngase las pilas y abdique o disuelva esta institución caduca y llena de dudas. Dé ejemplo y no precipite su caída y sobre todo no nos empuje a todos. Gracias por sus esfuerzos si los hizo, la historia juzgará. Pero señor no nos maltrate más, no nos haga crisparnos y como un último favor retírese, pero eso sí a un lugar tranquilo y relajado donde si es posible no halla animalitos a los que disparar. Cada día creo más que otro país es posible. Aprendamos de la historia y sin demagogia sin enfrentamientos y con calma olvidémonos ya de sagas y de Nibelungos.

Juan Salvador Pérez  Hernández.