“ UN BAGAÑETE EN BIRMANIA “ ( 10 )

  Después de visitar Shwedagón , nos dirigimos a callejear, esta vez por la noche el bullicioso barrio chino de Yangón. Aunque su nombre tenga reminiscencia de una zona de prostitución como ocurre en otras ciudades, la verdad es que sobre este aspecto no advertí gran cosa, por no decir nada. Si el barrio chino de Yangón, como ya conté, es un lugar de mucha animación por el dia, con gran cantidad de puestos de ventas, no olvidemos que se trata de un mercado al aire libre, llegada la noche la animación no decrece, todo lo contrario. Aquello se pone en plena efervescencia de gente, así que nos metemos en medio de todo ese bullicio, recorriendo sus concurridas calles y –esto hay recalcarlo- seguras calles. Gran cantidad de “baretos”, infinidad de ellos, que sirven comida local, donde tomamos asiento, una mesa en la calle, alli elegimos que queremos comer, en plan picoteo, variedad de pinchos de carne, pollo, pescado, verduras, setas, huevos de codorniz picantes, un sin fin de de cosas para probar. Los olores que se desprenden invitan a comer acompañados de una buena botella de cerveza local.

   Por la mañana salimos del hotel con todo el equipaje, en la mochila llevo lo imprescindible para pasar una noche fuera, lo que comunmente llamamos una “muda”, el equipaje lo dejamos en...¡monasterio budista! al cargo de unos monjes de toda confianza, amigos del guia.

   Salimos en dirección al sur del pais donde nos espera la ciudad de Kyaikhtiyo, famosa por su roca balanceante, sobre la cual se erige una pagoda. Nos separa cuatro horas y media de carretera, pero vamos admirando el paisaje y a lo largo del mismo paramos un par de veces, para ir al baño y tomar algo. Atravesamos la ciudad de Bago, que ya visitaremos mejor a la vuelta.

Atravesando la ciudad de Bago.

Ruta que seguimos hasta Kyaihtiyo.

      Llegamos a Kyaikhtiyo y a lo que denominan el “campamento base”, allí cambiamos el coche por una camioneta atestada de gente y de sacos de arroz y nos acomodamos como podemos, a mi me toca al lado de un chico inglés que me pregunta que de donde soy...Canary Islands, se queda sorprendido encontrar a un canario por esas latitudes, pues ya ves tú. Nos queda cinco kilometros de una estrecha carretera

de montaña hasta llegar al segundo campamento base. De ahí hasta la “Roca Dorada” solo quedan dos opciones, o subes a pata, lo cual representa unos 4 kilómetros de ascención, (una pateada del carajo), o te llevan en una especie de parihuelas de bambú que hay que pagar por supuesto, esto me parece una “turistada”, así que nos encaminamos hacia la cima, no he hecho miles de kilómetros hasta aquí para ahora desistir y quedarme a medio camino. Así que pa´rriba.

Estos “guiris” iban más cómodos que yo, yo iba “engurruñado” al lado de un ingles y entre sacos de arroz.

Ruta que seguimos para subir a la Roca Dorada, una buena pateada.

   Después de casi dos horas de ascencion hasta la cima, llegamos a una parte más llana y ya desde ahí pudimos alcanzar el recinto budista de la Roca Dorada (Golden Rock). Podria parecer una pagoda más de

las miles que hay en Birmania, pero la realidad es que un venerado centro de peregrinación para los  Birmanos, los cuales acuden por miles entre los meses de Noviembre a Marzo. La Roca Dorada es una mole de granito de 6.5 metros de altura, coronada por una estupa de 7 metros y lo sorprendente es que esta estructura lleva siglos resistiendo los embates del viento y terremotos sin caerse a pesar de que ...¡la roca es oscilante!.

Roca Dorada. Kyaikhtiyo.

   Mereció la pena subir hasta aquí, porque desde luego es uno de los lugares que no se puede uno perder si visita Birmania. Como colofón, una puesta de sol de lo más espectacular y es que este recinto budista emana una especie de magia que hace que en esos momentos te asalte una especie de paz interior nunca antes sentida.

   El hotel donde pasaremos la noche está a escaso doscientos metros de la entrada al recinto, un hotel muy chiquito, pero el más confortable de todo Kyaikhtiyo. Mientras estamos en la cena, rompió

a llover y de que manera. A la mañana siguiente, desayunamos e iniciamos el camino de regreso hasta el campamento base, de nuevo pa´dentro la camioneta y a bajar por aquella carretera (por llamarla de alguna manera) hasta el campamento base, en donde nos espera el coche.

Atardecer en La Roca Dorada.

       

Fdo.- Curva de Marina