“ UN BAGAÑETE EN BIRMANIA “ ( 11 )

Abandonamos la cima de la Roca Dorada por la mañana, esta a vez cogiendo algún que otro atajo y despues de casi una hora de descenso llegamos al campamento base. Los conductores encargados de los camiones dicen que hasta que no hayan veinte guiris no nos bajan hasta el campamento base de partida. Alli solo habemos doce, así que esperamos una hora y que nada, no hay tu tia. Al final nos reunimos los doce guiris y nuestros correspondientes guias y les hicimos ver, que claramente se está cometiendo un incumplimiento de contrato, ya que no estamos siendo retenidos por causa de fuerza mayor (una lluvia torrencial o algo parecido), estamos siendo retenidos porque no hay suficientes pasajeros para llenar el camioncito del carajo y podemos tirarnos ahí no se sabe ni cuantas horas esperando a que aparezcan ocho personas más y eso está retrasando el plan de viaje de todos los afectados. Así se lo dijimos a los guias y estos hablaron con el responsable y le hizo comprender la situación. A los cinco minutos nos pusimos en camino.

     Proseguimos viaje hasta la ciudad de Bago, de la que nos separa unas tres horas de viaje llegando a la hora de almorzar. Desde lejos se vislumbra la pagoda de Shwemawdaw, podría pensar que es unapagoda más de las miles que hay en Birmania, pero esta merece una visita obligada, entre otros motivos por ser la más alta de todo el pais con sus 117 metros. No posee la misma pomposidad y ornamentación que la pagoda de Shwedagón de Yangón, pero si merece la pena que el viajero haga una parada y la visite.

Shwemawdaw con sus 117 metros de altura es la más alta de Birmania.

    La visitamos despues de comer bajo un sol de justicia que hace que el pavimento del interior esté bastante caliente, no olvidemos que dentro de una pagoda hay que ir descalzo, por tratarse de suelo sagrado para los budistas. No lejos de allí se encuentra la figura del Buda Reclinado de Shwetharlyaung de 55 metros de largo y 16 metros de alto, justo a pocos metros se levanta la pagoda de Kyaikpun, con cuatro Budas sentados espalda con espalda mirando cada uno a los cuatro puntos cardinales, cada uno mide 30 metros de altura, fueron construidos en 1476.

Buda Reclinado de Shwetharlyaung, en Bago.

Budas de Kyaikpun en Bago.

     Llegamos a Yangón al atardecer, en hora punta y nos coge un atasco que nos lleva casi una hora en llegar al hotel. Acomodo mejor el equipaje, ya que se trata de mi última noche en Birmania, la habitación del hotel me regala una maravillosa vista de la pagoda de Shwedagón, totalmente iluminada en la noche birmana.

     El guia me recoge a las 11 de la mañana, creo que es la primera vez en dos semanas que me deja estar más tiempo en la cama. De todas maneras, me despierto a las 8, desayuno y me doy una vuelta hasta el Scott Markets que está a 10 minutos del hotel (eso si no coges un atasco), compro algun que otro recuerdo y regreso al hotel. Junto con el chofer me proponen callejear por las calles de Yangón, viendo algunos de sus lugares más representativos. Me proponen si quiero darme un masaje de dos horas, por solo 5.000 kyats (unos 4 € ), accedo y me llevan a un edificio ya bastante antiguo de dos plantas al que se llega por una callejuela de tierra, la peculiaridad del masaje consiste en que esta dado... por gente ciega. Una experiencia inolvidable. Es la hora del almuerzo y lo hacemos en un restaurante atiborrado de birmanos, ni un solo guiri, excepto yo claro, comemos hasta el hartazgo por unos 14.000 kyats ( como unos 12 € tres personas).

   Luego fuimos a tomar unos cafés en otro restaurant cerca del lago y hablar de todo un poco, impresiones que tenia o me llevaba de Birmania, si volveria alguna vez, etc.

Aquí nos tomamos el café. Lago Kandawgyi. Al fondo la Shwedagón.

    Llegamos al aeropuerto de Yangón, mi vuelo hacia Bangkok sale a las 18 horas. Se me hizo muy difícil despedirme de Khos, mi guia, nos hicimos grandes amigos, intercambiamos información, el me hablába de las diferentes etnias birmanas, yo le hablaba de otras etnias, de mi isla, como los bagañetes. Me hacia llegar sus inquietudes políticas totalmente opuestas al régimen político que gobernó Birmania hasta el 2.010, las revueltas estudiantiles y de los propios monjes budistas. Capté ampliamente su mensaje, que el viajero que los visite al irse no se olvide que existe Birmania y los birmanos y que llegarán tiempos mejores.

     Yhe su bhé Birmania, Yhe su bhe Khos  “Gracias Birmania, gracias Khos por enseñarme tu pais y sus gentes, gracias amigo”

Fdo.- CurvadeMarina