Erre que Erre (Segunda parte)

Cada dos semanas vuelvo a ese lugar,

En donde espero tú milagro,

Solo sucede todo lo contrario

Cada vez, me encuentro algo diferente.

No te da cuenta, solamente tú, mantendrá ese lugar

Libre de impurezas y suciedad.

Solo basta una palabra tuya, ¡Hágase el milagro!

Tu ideología no admite esa palabra,

Te apartas de ella, como si fuese el mismo demonio,

Pronto se acercará San Miguel, en sus plegarias

Te iluminará, sentirás la inmediata necesidad

De acudir a ese lugar.

En él tu corazón será recorrido por un gran rayo

Será tan grande el dolor que sientas

Solo se calmará una vez realizado el milagro.

El día que eso ocurra tendrás a San Miguel

Sonriente a tu derecha.