EL CEMENTERIO DE TAZACORTE

En memoria de nuestros "finados"

Justo cuando la tradición nos hace recordar a nuestros queridos difuntos, el día llamado en La Palma "de finado" por ser realmente la muerte el "fin" de la vida, parece aconsejable recordar las infraestructuras funerarias y el culto a los "finados" en los llamados "campos santos".

Durante mucho tiempo en la ermita de San Miguel fueron enterrados los vecinos del lugar, junto a los patronos y propietarios de la misma (los mayores contribuyentes asentados en las casas solariegas).

Pasarón los años y a principios del siglo XIX la administración por ley obliga, por cuestiones de higiene y salubridad, el construir cementerios en las afueras de las poblaciones.

Esta decisión trajo conflicto entre la iglesia y la administración civil. La iglesia reclamaba los derechos económicos adquiridos por ingresos de tumbas dentro de los templos. El resultado final fue el mantenimiento de los derechos eclesiásticos con el mantenimiento y administración a las parroquias de los nuevos cementerios construidos extramuros de las poblaciones.

Hoy persistes este derecho de propiedad en algunos cementerios de la isla, concretamente en el Cementerio Católico de Los Llanos de Aridane, en el mismo casco urbano.

A finales del siglo XIX los cambios políticos progresistas contrarios a las estrictas normas eclesiásticas propiciaron la construcción de los llamados Cementerios Civiles, dependientes de los Ayuntamientos. En estos espacios reciben sepultura los no católicos y entre ellos librepensadores, niños sin bautizar, suicidas, diferentes confesiones religiosas y otros, determinados por criterios de los párrocos.

Con esta disposición los vecinos de Tazacorte, a unos nueve kilómetros de Los Llanos de Aridane, se veián obligados a subir a hombros hasta el cementerio aridanense a sus seres queridos. El malestar y las penurias de este cortejo funebre, en pendiente y por caminos de herradura, bajo lluvia, viento y temporales, fueron abriendo opinión y debate ante la necesidad de construir un cementerio en el por entonces pago de Tazacorte.

La lucha política y social durante décadas llevó a construir un cementerio en Tazacorte, con la grata satisfacción de los vecinos tazacortenses que por fin podián dar sepultura con dignidad y sin penurias a sus muertos. El periódico palmero Diario de Avisos publicó en 1956 un artículo, que ilustra este trabajo, relatando algunos de los aspectos de ese logro para la hoy Villa y Puerto de Tazacorte.
 

María Victoria Hernández
Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane